La organización de la economía de fondo,
orientación y finalidad libertarias y su desarrollo y desenvolvimiento
hace indispensable un cambio radical del sistema capitalista y estatal y
asimismo del llamado comunista de Estado imbuido de todos los
principios marxistas-leninistas. Este cambio implica necesariamente
abolir y superar ambos y asentar las bases fundamentales de la nueva
economía y de la sociedad anarquista o del socialismo ácrata en marcha
hacia ella.
Ni la sociedad anarquista ni siquiera
la comunista libertaria se van a realizar por arte de encantamiento ni
en un día, ni de manera sincronizada en el plano mundial, en una fase
dada de la historia humana universal. La revolución social no será
simultánea en cada uno y en todos los países del mundo a la vez. Ni
tampoco podrá ser uniforme, a base de un tipo o patrón único, pues las
condiciones geográficas, climáticas, étnicas, demográficas, las de
desarrollo industrial, de riquezas naturales, de existencia o no de
materias primas, de posibilidades agrícolas, las de ambiente, mentalidad
y cultura, etc., influirán en sus variantes constructivas, aún bajo la
influencia determinante de la savia y de la orientación libertaria,
haciendo que, según la densidad de ésta y de los caracteres específicos
señalados, aparezcan, no ya sólo universalmente sino en
cada país propiamente dicho, el sistema y sus estructuras nuevas bajo
perfiles y aspectos polifacéticos, múltiples y pluralistas, en la
rebusca de un incesante perfeccionamiento y armonioso equilibrio.
Pero las características esenciales de
la sociedad anarquista o anarquizante y de los medios y procedimientos
prácticos y eficaces para llegar a ella, deben manifestarse con recios y
claros lineamientos para prender en la realidad y abrir surco profundo
en ella, con miras a las eclosiones fecundas del mañana libre, ya desde
hoy.
La finalidad de la nueva economía libertaria y de la sociedad
anarquista debe ser la libertad y el bienestar de todos y de
cada uno de los seres que la compongan, en un medio de
igualdad social y de solidaridad humana.
Para realizar este fin se hace
indispensable la desaparición del Estado bajo todas sus formas de la
dictadura, aunque se le llame transitoria, de todas las instituciones
autoritarias del capitalismo; de la propiedad privada; de todas las
formas y procedimientos de explotación y de opresión del hombre por el
hombre, de las clases sociales, rangos, jerarquías y privilegios; del
asalariado.
Aunque la revolución social en un país
no puede ir, desgraciadamente, en sus primeras fases, más allá de
ciertas condiciones determinadas que impondrán inevitablemente las
características del propio país y los medios con que el mismo cuente en
el momento que estalle o se produzca aquella, al menos en el orden
económico, pues la economía globalmente considerada no se crea ni se
desarrolla en un instante, desde el primer momento, imprimiendo su
huella fecundante y su voluntad realizadora firmemente definida, por
parte de los anarquistas se ha de tener la preocupación de plasmar en la
realidad la máxima sustancialidad,
realizaciones y desarrollo libertarios.
Y el lema debe ser: Libertad, pan,
vestido, vivienda, cultura y recreo para todos. De cada uno según sus
medios a cada uno según sus necesidades. Habrá que destruir y barrer
todos los obstáculos interiores, sobrevivencias de un pasado de
autoritarismo y de explotación, que se opongan a la libre organización
de la sociedad nueva.
Y no se podrá contar mucho con la
solidaridad revolucionaria mundial apoyando la revolución social del
país que fuere, sobre todo si se presenta con tipología preponderante
definidamente anarquista. Toda ayuda de los bloques predominantes
internacionalmente tenderá a la satelización.
Y hay que contar, además, que en todo
cambio revolucionario profundo se produce un periodo de marasmo
económico, de tanteo experimental, de ajuste de las estructuras más
idóneas a los objetivos y fines perseguidos, que pone a prueba la
corriente revolucionaria transformadora y su valor y capacidad
realizadora y
constructiva.
Anarquistas, Anarquista "Anarquista es, por definición, aquél que no quiere estar oprimido y no quiere ser opresor; aquél que quiere el máximo bienestar, la máxima libertad, el máximo desarrollo posible para todos los seres humanos." Anarquista Malatesta
viernes, 21 de noviembre de 2014
Revolución social libertaria indispensable
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