Vivir en Anarquía Total, Anarquia es el Orden Revolucionari(A)
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El Federalismo libertario no es separatista. Federares es “hacer alianza, liga, unión o pacto entre
varios”. O más sencillamente, repetimos desde hace un siglo: “Federarse es unirse”, unirse de
abajo arriba, y libremente. Cuando varias entidades, comunas,
comarcas o regiones se federan, se unen. Cuando se dividen o se separan
no practican el federalismo. Por todas estas razones el federalismo es
libertario y voluntario.
El federalismo es la colaboración orgánica de todas las fuerzas
sociales, de abajo arriba para la obtención de una finalidad común
cimentada en el libre acuerdo. El federalismo no es la disgregación de
la actividad productora, ni el desbarajuste caótico, sino el trabajo y
la actuación común de todos los miembros para la libertad y la
prosperidad generales. Es la unidad de la acción que nace de la
convicción íntima y encuentra su expresión en la solidaridad vital de
todes. Es el espíritu de la voluntad libre, que opera de dentro afuera y
no se agota en una estúpida imitación de formas pasadas, que no pueden
dar origen a ninguna iniciativa personal.
Solamente una constitución social federalista, apoyada en el interés
común de todes y fundamentada en el acuerdo mutuo de todas las
agrupaciones humanas, nos puede salvar de la maldición de la máquina
política que se nutre con la carne y la sangre de los pueblos.
La federación une a los hombres para todos los objetivos que les son recíprocos. Los grupos
federados, lejos de perder su autonomía propia, lo que hacen es fortalecerla. Unión es la multiformidad de las cosas.
CARACTERÍSTICAS DEL FEDERALISMO LIBERTARIO
1.- Los pactos federales se basan en la previa colectivización de los bienes de producción y la
igualdad económica consiguiente. La federación debe apoyarse en la “solidaridad económica”
para poder establecer de una manera real y positiva las relaciones de todos los seres sobre la
justicia formando organismos dotados de igual libertad para pactar, del mismo derecho para protestar.
Donde hay desigualdad no hay libertad. Los pactos deben ser verdaderamente bilaterales,
sinalagmáticos y conmutativos, es decir, gozarán ambas partes o dos contrayentes de mutua
libertad, autonomía y garantía que son inherentes a cada ser.
2.- Las unidades que pactan se llaman, en la ideología ácrata, “naturales”, término que podemos
aceptar siempre y cuando no entendamos por ello ningún tipo de organicismo; es decir, son
entidades en las que la unión entre los individuos tiene una razón de ser, una base “real”, la
propiedad, el trabajo, el territorio, el pasado cultural común; que
da pie “racional” para concertar un pacto que se mantenga por sí mismo, y
no “unidades ficticias” creadas por el privilegio y conservadas por la
tradición, como son las circunscripciones legales o administrativas,
cuya última razón de ser es la coacción de la autoridad o el “ciudadane”
misme en que se basa el federalismo clásico.
3.- Los pactos federales rigen a la vez la vida económica y política
de la sociedad. Les anarquistas afirmaron frecuentemente que su
federalismo era exclusivamente económico y que la “política” (gobierno
del hombre por el hombre) desaparecería en la sociedad libertaria. Mas
si por política se entiende el mecanismo de elaboración de las
decisiones fundamentales en una sociedad, aunque se disfrace bajo el
nombre de “Administración”, “organización social” o “sociología”, no
cabe duda de que está inmerso en la teoría y la práctica del
federalismo.
4.- El federalismo anarquista nunca puede llevar a la constitución
de algún tipo de poder político, o de organismo social que sirva de
fundamento para decisiones comunitarias no aceptadas por todas las
voluntades individuales. De este modo el anarquismo se aleja una vez más
del federalismo clásico, cuyos pactos no se consideran revocables con
suficiente fluidez y las prerrogativas que se enajenan resultan
excesivas, con lo que se pierden de modo irrevocable las libertades
individuales y surgen unidades no controladas por la base; gobiernos, en
definitiva, que es justamente lo que el anarquismo intenta sustituir
con sus pactos económicos y políticos. Así pueden organizarse las
unidades superiores de la federación, por medio de comisiones delegadas,
con mandato imperativo y con posibilidad de revocación constantemente
abierta, Con lo cual la delegación ya no es una abdicación de la
libertad, sino el cumplimiento del deber más sagrado en la Anarquía, que
es organizar la “administración”. Los pactos mismos habrán de ser como
las delegaciones, limitados, revocables y flexibles.
5.- El principio federal presidiendo la unión de les trabajadores y
sus sociedades afectan tanto a la organización revolucionaria actual
como a la sociedad futura. El federalismo anarquista ha tenido un
carácter teórico perfectamente desconectado con el regionalismo
hispánico. El principio federalista conduce lógicamente al
internacionalismo, o sea a la organización federativa a nivel mundial en
una “Confederación de Confederaciones” en la más grande y fraternal
unión internacional humana. El internacionalismo verdadero se basa en la
autodeterminación y su corolario es el derecho de secesión.
Como se ve el federalismo profundiza en la unión; mientras que el nacionalismo profundiza en
las diferencias. Ante el poder constituido hay que oponer la resistencia federada de todos los
pueblos oprimidos.
Anarquistas, Anarquista "Anarquista es, por definición, aquél que no quiere estar oprimido y no quiere ser opresor; aquél que quiere el máximo bienestar, la máxima libertad, el máximo desarrollo posible para todos los seres humanos." Anarquista Malatesta
sábado, 18 de octubre de 2014
Federalismo Anarquista = Federalismo Libertario
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